Mi mechero me enseñó que hay que intentarlo no una ni dos sino incluso cinco veces si es necesario hasta que al fin..como recompensa..se encienda esa preciosa llama enorme que desprende sin sentido con la mejor fuerza, aquella que no llegó a crearse tras tantos chispazos fallidos. Esa será la que encienda ese cigarro esperado. Esa será la que al fin, te encienda a ti misma.
No importa que no tenga sentido que se haya burlado de ti ese mechero tras tantos intentos. No lo rechaces. Guárdalo. Simplemente espera el momento indicado en el cual esa llama fluya y ya tendrás todo el resultado final. El esperado o mejor dicho..el inesperado.
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