domingo, 2 de junio de 2013

¿Te quedarías aquí, compartiendo primaveras conmigo?

Preguntarte algo simple; ¿Te quedarías aquí, compartiendo primaveras conmigo? 
Sería absurdo, no solo compartirías primaveras claro. Compartiríamos primaveras, veranos, otoños e inviernos, pero si lo miras por el lado positivo estarías conmigo. ¿No te convenzo no? Ya, es poco lo que ofrezco si lo miramos así.

 Y..Y si te digo que las primaveras estarían llenas de andadas por el campo, de besos acurrucados y sorpresas con estúpidas flores que signifiquen lo que aquel diccionario del mercadillo que comprásemos en el invierno de Madrid. 

Dichosos momentos los que pasásemos en esa gran ciudad. Reiríamos en la Plaza Mayor. El 28 pasearíamos por la plaza viendo los artículos de broma y comprando aquellos dulces que comprase el señor de los cucuruchos con chocolate y para el 31 las uvas en la gran Plaza del Sol y risas de lo absurdos que iríamos disfrazados con los mil guiris de allí. 

Los veranos serían para vivir segundo a segundo. Viajaríamos por aquella Italia y pasaríamos del turismo tradicional. Yo misma me encargaría de enseñarte mi forma de conocer mundo y de crear nuestro propio mundo y enseñándote a utilizar pinceles que le diesen la pincelada perfecta a nuestro verano. ¿Y si no hubiese un duro? Que se muera Italia y sus rincones, que tu y yo tenemos nuestras propias calles por recorrer; tanto por la noche como por el día, juntos sería imposible aburrirse.

El otoño dicen que es el mes de las hojas caídas. La naturaleza se apaga un poco y en parte también las personas con la vuelta al trabajo y los estudios. ¿Crees que esa estación sería jodida también? No cariño. Tengo linternas para alumbrarte este y todos los otoños que me lo permitieses. Se llama luz natural y todos la llevamos en nosotros mismos, solo que no todos sabemos utilizarla para alumbrar al que tenemos al lado. Te cubriría con esa luz quitándote las brisas frioleras de las tardes y logrando que tu sonrisa brillase con esas luz, porque lo mereces.

En realidad no te mentiré. Esto me lo acabo de inventar sobre la marcha y si realmente crees en mí, me conoces y de verdad te juegas lo que sea a que me conoces, sabes que debes atreverte a vivir esas estaciones conmigo porque no cada estación, sino cada día, cada hora y segundo, serían más que diferentes y mágicos si te quedases aquí, a mi vera. 



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