viernes, 12 de abril de 2013

Patadas al pasado, gritos de vivencias al presente y susurros al futuro.

Todo cambia y da vueltas de un lado a otro continuamente. A veces no somos conscientes del verdadero cambio hasta que de repente todo se trastoca demasiado y te refleja un toque amargo, ese toque amargo que te hace pararte más detalladamente. Porque es así. Somos tan egoístas y absurdos que hasta que no nos sentimos mal no valoramos lo anterior. 

Vivimos siempre en la búsqueda de felicidad de un futuro sin darnos cuenta de que lo que estamos perdiendo es el presente. Cambia aquello que te haga daño en el presente y pueda tener consecuencias en el futuro, pero tampoco tires a la basura tu presente por tu futuro. Lo que tenga que ser será.


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