Se me bloquean las arterias, la respiración segundo tras segundo es más difícil, en la mirada cada vez aparecen más nublosas que no se entienden o pequeñas manchas de polvo. Empiezan los nervios, se duermen las articulaciones y la garganta se ocupa de bloquear cada una de mis cuerdas vocales de forma que ya no hay posible sonido que pueda salir de esta. Se llama pánico, pánico a perderte.
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