No sé si me dejarías enseñarte que el amor es como una planta, que la persona de la que te enamoras tiene la semilla de tu flor favorita y que depende de cuántas lágrimas derrames para que la semilla florezca, se notará el nivel de importancia de ese amor.
Déjame enseñarte a utilizar esas lágrimas que tanto brillan en el amanecer y conseguiré que lo nuestro sea la flor más hermosa que jamás hayamos visto, y así, le aportaremos a la vida el oxígeno que nos falta.
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