jueves, 6 de septiembre de 2012

Dándole de comer al alma.

Es curioso lo pequeña que se hace la mente ante el amor y como se infla el alma ante tal. Muchos piensan tras derrota a derrota en inmunizarse ante futuros posibles sentimientos, convertirse en roca lo llaman. Como si fuese tan sencillo ¿no? Esto no es como a quien se le baja las defensas y dice; ¡me tomaré un actimel y esto mejorará! No perdamos el tiempo cerrando el alma ante ese crecimiento, el alma absorbe tanto lo bueno como lo malo que el amor conlleva pero de lo que no acostumbramos a darnos cuenta es de la cantidad de cosas que nos aporta.
 
Querido destino, sé que pensarás que estoy loca al pedirte esto pero hazme un favor y dame más de ese amor. No le temo a la amargura de este, ni tampoco a la desilusión, solo quiero darle de comer a mi alma,a veces se queja y no sé si es porque su dueña se queja constantemente, pero me gustaría saciarla de alguna forma.

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