viernes, 29 de abril de 2011

Escuchando canciones pasadas, paseaba relajada por la playa. El murmuro de las olas la relajaba, solo buscaba su paz interior, y en ella, trataba de hallar su felicidad.

Los de su alrededor sabían que algo pasaba, trataban de asomarse a esa ventana que hay en su corazón, la conocían y la amaban con todo su corazón, pero quizá ella se cansó de eso, pues al menos, no se sentía al completo, sentía le faltaba algo.

Se llego a meter en mil espirales pero solo el mar la relajaba, los estudios, el estar pendiente de sus amistades, el trabajo, la casa, su familia..había tantos puntos en su vida que en parte solo quería desaparecer de ella, pero no os equivoquéis no, ella jamás tendía al suicidio, tan solo tendía a la libertad de su alma, ¿ es acaso tan malo pedir eso ? Todos hemos intentado buscar a esa persona que nos llenase de este modo pero a veces no nos damos cuenta, de que esa persona a veces nos puede quitar esa libertad de la que hablamos, pero por suerte o por desgracia, la mayoría de las personas amamos eso, porque la libertad que nos quitan a la persona nos la devuelve a nuestra felicidad, por lo tanto, tampoco acaba de ser tan malo ¿ no ?

Anastasia seguía con su vida, vivía feliz, tenía varios puntos claros en su vida, pero a pesar de que estaba totalmente de acuerdo con ellos, a veces no los cumplía, ¿por qué? La vida nos da mil vueltas a nosotros antes que nosotros a ella, pero a pesar de ello, no debemos impedir que la felicidad la inunde, porque al final, solo debemos hacer nuestro camino más dulce.

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